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Uno pensaría, con justa razón, que la publicación de un artículo académico significa la culminación de un arduo proceso en el que las y los  investigadores han puesto una enorme dedicación, trabajando rigurosamente para extraer de las mejores fuentes las más acuciosas conclusiones. Además, la institución que alberga a las investigadoras ha invertido recursos financieros y materiales para la producción de nuevo conocimiento. Es un largo camino, que pareciera culminar en la publicación del artículo. Pues no, publicar un artículo es el comienzo de otro proceso tan importante como su producción: la divulgación, difusión y/o comunicación de estos hallazgos a la sociedad.

En este espacio me propongo apoyar y guiar a los investigadores, profesores y académicos en general en este proceso de dar a conocer los productos de sus investigaciones y reflexiones. La era digital ha alterado notablemente los mecanismos de divulgación de los contenidos académicos, ofreciendo múltiples alternativas, nuevos soportes, innovadoras formas discursivas que apuntan a nuevas audiencias, pero también, para qué negarlo, complicándolo todo al punto que puede resultar paralizante.

Para nada esto es un proceso lineal, ordenado o sistemático, hay muchas formas de divulgar en la era digital, sin embargo, trataré de establecer ciertos parámetros que ayuden a… empezar! Sí, a dar el primer paso en el proceso, de manera que el investigador pueda luego escoger entre diversos caminos y llevarlo tan lejos como considere necesario, o hasta que perciba los resultados del esfuerzo. Este será un camino de aprendizaje para mí también, y sólo escribiendo sobre este tema pienso que podré sistematizar la gran cantidad de posibilidades que existen y de las que muy poco se discute.

CÓMO DISEÑAR UNA ESTRATEGIA DE COMUNICACIÓN

No hay que pensarlo demasiado, pero sí hay que detenerse un momento a pensarlo ¿Quién es nuestra audiencia? ¿A quién nos gustaría hacer saber sobre el artículo que acabamos de publicar? Ahora pensemos en el artículo, ¿Qué tipo de artículo es? ¿Se trata de los resultados de una investigación empírica, es un artículo teórico o un estado del arte? Queremos que otros investigadores que estén trabajando en la misma área conozcan los resultados de nuestro trabajo, o que se informen de las más recientes tendencias en un área específica? Necesitamos que nuestra investigación alcance a los funcionarios que participan en la creación de políticas públicas, y que conocen poco de esta área de trabajo? Definitivamente debemos tomar en cuenta ciertos aspectos.

Hay tres elementos que participan en el proceso de comunicación de un artículo científico:

  1. El artículo
  2. La audiencia
  3. El autor

Estos elementos están inmersos en un ecosistema mediático en el que circulan diversos recursos comunicacionales, tanto tradicionales como nuevos. Por el momento me dedico al ecosistema de los medios digitales.

Elementos en la comunicación científica

Para decidir cuáles son los recursos que mejor se adaptan a nuestro trabajo, es necesario definir los elementos que están implicados en el proceso:

EL ARTÍCULO

Para cada tipo de artículo será necesaria una estrategia diferente. Primero hay que tomar en cuenta el género: ¿Es un estado del arte? ¿Es un reporte de los hallazgos de una investigación de campo? ¿Se trata de un artículo teórico? En cada caso será necesario echar mano a diferentes recursos. Los estados del arte son de gran utilidad para los investigadores que trabajan en la misma área; se trata de un producto muy particular cuyo objetivo es actualizar teorías, metodologías, enfoques, etc. En este caso una presentación esquemática puede ayudarnos a presentar el trabajo. Herramientas como las infografías o los posters pueden ser de gran ayuda. Un reporte de trabajo de campo podría aprovechar un enfoque más periodístico, en la medida que se están comunicando hechos factuales. Trabajar con registros fotográficos, videos y grabaciones de la experiencia puede llamar la atención hacia el proyecto. En el caso de los artículos teóricos el discurso audiovisual puede convertirse en un gran aliado, debido a que las imágenes logran transmitir con mucha efectividad las ideas abstractas.

LA AUDIENCIA

Dependiendo a quién queremos alcanzar, nuestra estrategia puede ser de amplio alcance, de alcance restringido o mixta. Si queremos dirigirnos a una audiencia que trabaja en nuestro campo de investigación, será suficiente con una nota informativa distribuida vía email a nuestros colegas y a otros especialistas que trabajen en la misma área. Pero digamos que queremos divulgar los resultados de una investigación de ciencias sociales. Consideremos el caso de la siguiente investigación: Hacia una caracterización de las y los repartidores y de la economía de plataformas en Ecuador, la investigación, que aborda la precarización del trabajo a través de las plataformas tecnológicas, pudiera contribuir con la creación de políticas públicas que regulen al sector y beneficien a los trabajadores, en este caso habría que ampliar un poco el alcance y enviar la nota informativa a la prensa y periodistas especializados en este problema. Ambas son estrategias de alcance restringido porque se dirigen a audiencias específicas. Otro escenario podría ser apuntar a una audiencia más amplia. Pensemos en una investigación sobre el abuso de drogas o sobre la adicción a los aparatos electrónicos. En estos casos, hacer uso de recursos audiovisuales, como videoabstracts y podcasts, así como postear en las redes sociales, permite aprovechar el atractivo que este tipo de recursos tiene para todas las audiencias. Con esta estrategia de amplio alcance podríamos alcanzar a la prensa, a los formuladores de políticas públicas y a la audiencia general de una vez.

EL AUTOR

Los autores, y la institución que participa en el proyecto son parte del artículo. Las instituciones que albergan a las investigadoras cuentan con sólidas redes interinstitucionales en las cuales podemos apoyarnos para difundir los artículos. Como autores, debemos diseñar una estrategia que nos resulte cómoda de implementar y que esté alineada con las políticas de la institución de la que formamos parte, pero a la vez tenemos que atrevernos a innovar. En la era digital, cada día surgen nuevos recursos. No se trata de hacer un video bailando en Tik Tok, pero sí podríamos considerar Tik Tok como recurso para la difusión, todo depende de la audiencia a la que nos dirigimos y de las características del artículo que queremos difundir. Debemos adaptar el discurso para alcanzar nuevas audiencias, no se trata de banalizar el contenido, pero sí es necesario simplificar y sintetizar los planteamientos.

Hoy en día es indispensable desarrollar nuestra identidad digital. Actualmente las publicaciones digitales exigen un código DOI para los artículos y es conveniente contar con una identificación ORCID como autor académico. Asimismo, crear nuestro perfil en las redes sociales académicas como Academia, Research Gate y Kudos, y en redes sociales generales como Linkedin, Twitter y Facebook facilita el acceso a información relevante sobre nuestros trabajos y áreas de investigación y permite a los lectores una comunicación directa con los autores.

No hay que inhibirse de pedir ayuda, siempre hay estudiantes o colegas expertos en medios digitales y que están dispuestos a guiarnos. De hecho, las instituciones académicas cuentan con equipos dedicados a las relaciones públicas que se encargan de la comunicación y la divulgación.

Veamos estas ideas en un diagrama para ver el proceso completo:

Diagrama de elementos de la comunicación digital (2)

Finalmente, debemos usar el pensamiento sistémico para enfrentar este tipo de procesos. No se trata de cumplir con una serie de pasos linealmente, no importa donde comencemos, sino que activemos la estrategia y atendamos gradualmente todos los aspectos que implica. Para cerrar, hacer seguimiento a los resultados nos permite hacer ajustes para nuestra próxima experiencia de difusión. Disfrutemos entrar en contacto con el público y compartir el conocimiento que producimos.

Steven J. Cooke, Austin J. Gallagher, Natalie M. Sopinka, Vivian M. Nguyen, Rachel A. Skubel, Neil Hammerschlag, Sarah Boon, Nathan Young, and Andy J. Danylchuk. Considerations for effective science communication. FACETS2(): 233-248. https://doi.org/10.1139/facets-2016-0055

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